El Placer de Perder Pie

Ignacio Gil-Díez Usandizaga

Estudio 22. Espacio Expositivo. Textos. Ignacio Gil-Díez Usandizaga. El Placer de Perder Pie © David A. Pérez. Negro. Estudio 22. Logroño, 2013.

En cualquier lugar la mirada de un observador sagaz o la imaginación de una mente creativa pueden encontrar un universo completo, articulado en sus particularidades, compacto en su totalidad. Esta sensación, experimentada cuando, por ejemplo, siendo niños miramos por primera vez un hormiguero, no nos permite volver a contemplar el mundo de la misma manera. Lo que hasta entonces había sido el suelo, la hierba, las piedras, la tierra, se convierte al acercar nuestra vista en el escenario por el que las hormigas circulan. Individualizadas, con su extraña anatomía, su enorme velocidad y su fuerza incansable nos aseguran la presencia bajo nuestros pies de un interminable frenesí.

Resulta curioso advertir los cambios que soporta la mirada artística. De su variedad y de la diversidad de sus intereses disfruta nuestro placer estético. Más de una vez esa actividad placentera se sustenta sobre la paradoja. En el caso al que me voy a referir la paradoja es profunda. La fotografía de David A. Pérez ya hace años que escruta la realidad con una intención melancólica. La soledad arquitectónica, la presencia de lo que va a desaparecer de forma inmediata, la destrucción de una construcción que contuvo vida. La muerte y el deterioro que la precede, sustentantes de ese discurso, han dejado paso a una mirada precisa obsesionada en el detalle. Esta aproximación al suelo ha venido acompañada de un simbolismo ue, sin embargo, es menos retórico que el anterior. David quiere abordar o profundizar la riqueza del pormenor y, sin quererlo, está inundando su trabajo de un sentido lírico y soñador que uno no creía que pudiera caracterizar su trabajo. Paradojas. Sorpresas.

La pintura sobre el asfalto, la tapa de una alcantarilla se convierten en unas protagonistas que el espectador no deja de asumir como otras cosas. Fiel a su discurso estético, el fotógrafo quiere que esas pequeñas parcelas de lo que pisamos lo sigan siendo. No encubre su realidad, no la maquilla. No obstante, la utilización de una de estas fotos en una caja con luz, las dimensiones de las ampliaciones, insisto, nos permiten asociaciones mucho más allá de su propia materialidad. Este no es un planteamiento nuevo en el arte y menos aún en el arte contemporáneo, pero no por ello deja de ser sugerente. Instar a mirar, a descubrir, como cuando éramos niños, sigue siendo un camino atractivo. Al fin y al cabo el arte siempre ha querido impulsar el descubrimiento, el hallazgo, incluso tras lo que es obvio. En esa riqueza de significación es donde solemos perder pie. Encontrar lo que no sabíamos y recrearlo, más allá de la intención del artista e incluso de nosotros mismos.

Ignacio Gil-Díez Usandizaga (15-12-2008)

* Crítica de la muestra NEGRO de David A. Pérez en Estudio 22. Logroño, 2013 * Ignacio Gil-Díez Usandizaga es Doctor en Historia del Arte y Crítico de Arte © Ignacio Gil-Díez Usandizaga. Logroño, 2013.
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