© Alejandro Cuadra. 2018. Portada discográfica de Camarón de la Isla, fotografiado en 1991 por Alberto García-Alix.
Como hombre de música que soy, la fotografía ha estado muy unida al consumo continuo de sonidos grabados desde hace más de cuarenta años. Me refiero, claro, a esas portadas discográficas que eligieron a grandes fotógrafos para atraer potenciales clientes. En formatos analógicos primero -los históricos LP´s, singles o EP´s- y después en CD, el disco ha sido una ocasión más para disfrutar ese arte que admiro: la fotografía. Y, evidentemente, en muchos de los que he adquirido ha jugado un papel fundamental esa imagen que era una presentación buscada de lo que se podía escuchar seguidamente.
Ciñéndome exclusivamente a España, muchos de los grandes nos han dejado imágenes eternas, clásicas. Teniendo en cuenta que hasta la llegada del disco de vinilo no existían las portadas como hoy las entendemos, en los sesenta ya encontraríamos a Pérez de León retratando a tantos artistas de diferentes géneros, Oriol Maspons que captó a Raimon y otros cantautores de la nova canço catalana, Xavier Miserachs, Alberto Schommer que fue contratado por grupos como Canarios o Pop Tops y Tony Catany. Pero la historia musical cuenta que Alberto García-Alix, Ouka Leele, Pablo Pérez-Mínguez, Miguel Trillo, Javier Valhonrat o Domingo J. Casas -este último firmante de decenas de retratos que han llegado al disco- han sido responsables en las últimas décadas de unir los dos mundos.
En definitiva, la fuerza de la imagen está detrás de su utilización en esa simbiosis fotografía/música popular. Por eso, he elegido “Camarón de la Isla-Una leyenda flamenca” -con fotografía de García-Alix- para ilustrar estas líneas.